martes, 7 de noviembre de 2017

La libertad

Todos buscamos la libertad, queremos ser libres. Un adolescente piensa:”cuando crezca  y no tenga que obedecer mas a mis padres, ahí si voy a ser libre”, pero, ¿Qué es ser libre? ¿No estar presos es ser libre?  La libertad es peculiar, angustia tanto casi no tenerla, como tenerla, ser libre a veces te llena de miedos.
Leí sobre el caso de un hombre que era asmático y que fue puesto preso, la paradoja es que en la cárcel se le pasó el asma. En la cárcel no hay opción, la libertad te da miles de opciones, la libertad te obliga a elegir, una libertad te obliga, es una paradoja.
Hay que estar preparados para reclamar la libertad porque la puedes conseguir. Ser liberado es como abrir los ojos en la luz después de mucha oscuridad. La libertad encandila, enceguece.
Libertad suena a no tener límites pero en realidad ser libres es tener la libertad de moverse entre algunos límites. Libertad es mucho más que elegir, es hacerse cargo de esa elección. 
Es más fácil hacerle caso a alguien, que hacerse caso así mismo, porque eso es ser libre, hacerte caso. Quien quieres ser, ¿Vas a hacerte cargo de lo que eliges? ¿Vas a elegir? Aunque no quieras, aunque no lo sepas, siempre elegimos. Estamos condenados a ser libres. Ser libre es ser esclavo de las consecuencias de tu elección, mmm, otra paradoja. Y hacerte cargo de las consecuencias de tus elecciones te vuelve a liberar.
Todos buscamos la libertad, habrá que hacerse cargo de lo que hiciste, de lo que haces, y lo que vas a hacer, y tener una vida condenadamente libre y plena de sentido.
Poder soltar lo que te aferra es una gran liberación. Yo necesito liberarme, soltar, entregarme, dejarme ir.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Los fuegos de la envidia

A veces siento algo que no puedo reconocer ni ante mí misma. A veces veo el amor que se tienen algunas personas y siento algo muy raro en el estómago, es una mezcla de tristeza y enojo. Algo horrible nace en mí, como si no soportara ver la felicidad ajena. Es como una angustia, una nostalgia por algo que tuve y ya no tengo, pero no sé que es.
Cada vez que veo que alguien tiene eso que yo no tengo se me enciende un fuego, algo espantoso que odio sentir. Me niego a reconocerlo, pero creo que ese fuego que siento, es envidia.
Hay dos motores que mueven a la humanidad, uno es deseo y el otro la envidia, o sea desear lo que desea o tiene el otro. Todos tenemos deseos, son el motor de nuestra vida, no es malo tener deseos, pero cuando no alcanzamos lo que deseamos y lo alcanza otro, ahí nace la envidia.
Nadie desea lo que nadie desea, por ejemplo: Una pieza llena de juguetes y dos niños dentro de la pieza, uno agarra un juguete y el otro por supuesto quiere el mismo juguete. Es decir, está en la naturaleza sentir algo de envidia.
Cuando alguien tiene algo que nosotros no, nos decimos a nosotros mismos: “que maldita, que idiota, que huacha” son expresiones simpáticas teñidas con unas gotitas de envidia, nada grave. “Envidio el vestido que tiene mi amiga, pero bueno, yo voy a tener otro también”.
Pero hay otra envidia que es mucho más peligrosa… la envidia del ser. La envidia del ser es algo tan profundo que a veces casi no lo podemos ver, es decir, ya no envidio lo que tiene el otro, si no que envidio lo que es el otro.
Los fuegos de la envidia tienen poderes casi sobrenaturales, son fuegos que pueden arrasar con todo, pero también te pueden encender un motor.
La envidia no es más que un recordatorio de que algo no estamos haciendo para cumplir nuestros propios deseos. Hay que luchar por nuestros deseos, no darse por vencido nunca. No existe fuerza más poderosa que el deseo, es  indestructible. Nuestro deseo es lo único capaz de apagar el fuego de la envidia.
Cuando sientes envidia te sientes mala, es algo que no nos gusta, algo que nos mata.
Un envidioso envidia algo que puede conseguir, pero un resentido, eso es peor, porque un resentido sabe que jamás va a conseguir eso que tanto envidia.
Sentir que no podemos ni podremos lograr eso que queremos, genera vergüenza y dolor, un dolor que te va matando.

Sentir envidia es creer que uno tiene un derecho, es creer que la vida nos debe algo y que es injusto que se nos niegue, pero la vida no nos debe nada, tenemos lo que queremos y lo que podemos y por todo lo que nos falta, hay que luchar. Cuando luchas, ahí la envidia se convierte en deseo y el deseo, se convierte en motor. 

jueves, 26 de octubre de 2017

Asignatura pendiente

Dicen que un deseo no muere, que insiste, insiste hasta que se hace realidad. Un deseo que no se realiza nos vuelve tenaces o nos obsesiona. Pero algo que dejamos de lado, algo que ignoramos por negligencia o cobardía, se convierte en una asignatura pendiente.
Cada uno tiene su propia asignatura pendiente y una asignatura pendiente es algo más que un deseo insatisfecho. Es algo que te encierra en el pasado, es un ciclo que aún no puedes cerrar o no eres capaz de cerrarlo.

Una asignatura pendiente es una vuelta al pasado para poder avanzar hacia el futuro. Uno no va detrás de una asignatura pendiente, es ella la que te persigue. Una asignatura pendiente te atrapa en un momento y no te deja avanzar. 

jueves, 19 de octubre de 2017

La medida del amor

Los egoístas juegan con el amor, “a ver quien ríe último, ríe mejor”, hacerse pruebas entre parejas para demostrarse ¿Qué?, ¿A nadie ya le basta con un te amo? La gente piensa que la medida del amor es hasta donde es capaz de llegar el otro. Ejemplo: Si una parte de la pareja no quiere casarse, se enoja si el otro tampoco quiere, es decir, uno no quiere, pero sin embargo quiere que el otro quiera.  Eso es de egoístas.

La medida del amor es donde puede llegar uno, y después jugársela por el otro hasta que quiera llegar al mismo lugar si puede. Se desperdicia vida, se desperdicia amor, se compite para ver quién ama más y quien es más amado. El amor no es un es un juego de “a ver quien ríe último, ríe mejor”, el amor es reírse juntos. No se juega con el amor, porque el amor tiene alas y es un poquito reacio. Hoy está, pero mañana no sé y pasado puede no estar. 

jueves, 12 de octubre de 2017

Resistir

Hay que resistir al hambre, al frío, a la violencia, a la impotencia, al odio de los que queremos, al rencor, a la mentira y a la tentación.
Resistir es amar a todos, también a quienes te odian. Es tener el valor y el coraje de hacerle frente a nuestros propios demonios, ser fuertes ante nuestros fantasmas y a nuestras partes más oscuras.
La resistencia es resignarse a algunas cosas, para lograr la felicidad del otro, es pensar en los demás antes que en uno mismo.
La resistencia busca cambiar el rumbo de aquello que va directo al abismo, lucha por todos los medios para sacar a flote aquello que se está hundiendo y la mejor forma de hacerlo es no estar solos, avanzar todos juntos.
Resistir no es dar la lucha por perdida, aunque se sienta perdida, es luchar, siempre.

Resistir, es darse cuenta que sin el otro, no somos nadie, no existimos. Es crecer, es aprender a decir no. Es pensar en la vida que queremos darles a nuestros hijos y luchar por eso. 

jueves, 5 de octubre de 2017

Mejores intenciones

Cuando tienes una amiga que son como hermanas, algunas veces comparten los mismos sueños. Cuando comparten los mismos sueños, piensas que van a ir por el mismo camino. Pero, hay veces que esa persona toma un camino muy diferente al tuyo y es increíble como una persona que pensabas que sabías como era y que tanto conocías, se convierta en alguien con la que ya no tienes nada en común.
Mi amiga era hermosa, talentosa, llena de sueños, llena de vida y se convirtió en algo que ni a ella le gusta lo que ahora es.
Yo confiaba en ella y ella en mí, jamás pensé que todo lo que le confié, se volvería en mi contra en algún momento de la vida.
Tuve que ver como ella, mi amiga del alma, se fuera convirtiendo en una persona a la que ya no reconozco. Ella era una persona con un alma pura, noble, tenía las mejores intenciones, pero algo malo le sucedió en el camino que hizo que cambiara.


Quiero poder ayudarla a que vuelva a ser lo que ella era, tengo las mejores intenciones, pero ella no se deja ayudar y no poder ayudarla hace que me sienta impotente e inútil. 

jueves, 28 de septiembre de 2017

Meducín

Siempre he sido una persona que ama su vida aunque también soy algo disconforme, pero por sobre todo, tengo mala suerte. Mala suerte en varios aspectos pero al qué me refiero ahora es a como se dice comúnmente: “soy yeta”. Siempre me pasan cosas qué sólo me pasan a mí. Es algo realmente sorprendente. A veces le digo a mis amigos: “oye sabes qué me pasó tal cosa” y siempre contestan: “Eres tú, eso sólo te pasa a ti”. Y si, hay cosas bizarras qué sólo me pasan a mí, por ejemplo de lo qué quiero hablar hoy es de un viaje qué tuve hace poco. En vacaciones fui a Miami, cualquiera qué va a Miami va con ciertas expectativas, o sea, ES MIAMI!!! Pero claro, como no puedo dejar de ser yo ni aunque esté al fin del mundo, tenía qué pasarme algo poco común.
Resulta que estaba en la piscina del hotel con un sol increíble, el día era perfecto, pero me aburrí de la piscina entonces quise ir al mar con mis primas… Fuimos, el agua estaba maravillosa, estuvimos un rato ahí y luego nos íbamos a salir del agua para ir a almorzar, resulta qué una de mis primas no quiso salir del agua tan rápido y me pidió qué me quedara con ella a lo qué yo accedí. Comienzo a nadar hacia atrás para poder estar a una profundidad más acorde a mi estatura y siento una corriente eléctrica pasar por todo mi cuerpo, comencé a gritarle a mi tía qué me ardía el brazo, qué algo me había picado, me salgo del agua, miro mi brazo y tenía en la parte superior casi llegando al hombro, unos tentáculos marcados, eran varios, no sé cuantos en realidad pero habían varios grandes, y entre medio muchos pequeños, como latigazos en miniatura y comenzó la hinchazón. Entramos al hotel, le muestro el brazo a una persona qué trabajaba ahí y me puso vinagre, yo dije: ¿Por qué vinagre?, a lo qué él contestó qué me había picado o mordido una medusa (no sé realmente lo qué hacen), me puse histérica porque por lo qué sé son venenosas, pero finalmente no pasó a mayores y estuve todo el día con el brazo hinchadísimo y con un ardor qué era insoportable, hasta qué pasó.
Sé qué quizás no es la GRAN historia, pero yo me pregunto: ¿a cuántas personas qué se van de vacaciones les pasará esto? O sea como tanta mala suerte, conocimos mucha gente en el hotel y nadie sabía qué andaban medusas en el mar como si fueran peces. Pero en fin, me pasó y desde ahí aprendí la lección y sólo piscina.


PD: Por cierto, mi familia sabe qué soy “yeta” así qué optaron por reírse de la situación en vez de estar preocupados y mi apodo en las vacaciones fue MEDUCÍN. 

jueves, 21 de septiembre de 2017

Alguien para olvidar

Solía tener un amigo, el cuál era todo para mi... era la persona con la que conversaba, me reía, jugaba, me acompañaba a todas partes, me llevaba a su casa, compartía con sus padres, incluso más de una vez me quedé a dormir en su casa sin ningún problema por parte de nuestros padres porque todos sabían que no pasaba nada más allá entre nosotros que una linda y pura amistad. Él tenía pareja, con la cuál solía conversar. Cuando tenían problemas en su relación, era yo la que los aconsejaba a tal punto que lograban solucionar sus problemas... cada vez que ocurría algo así ellos acudían a mí. 
Según mi percepción no éramos mas que dos personas que se amaban, de una manera absolutamente sana, según el, además de su pareja, yo lo era todo en su vida, y para mi, él también. 
Un día como cualquier otro, nos sentamos a conversar y es ahí donde el me dice que a su "polola" le molestaba que nuestra amistad fuera tan cariñosa y que debíamos alejarnos. Eso fue un balde de agua fría, me sentí traicionada por él y por ella. Ella, porque muchas veces la ayudé como lo mencioné antes, y él, porque no fue capaz de defender nuestra amistad como siempre me prometió que lo haría. 
Con ella simplemente deje de hablar, con él, comenzamos a vernos a escondidas cada vez que teníamos la oportunidad. Todo siguió tal cual, a pesar de la elección que hizo él, porque para mi, era obvio que entre las dos, siempre sería ella. además de igual manera al seguir viéndome, se estaba jugando su relación si es que ella se enteraba que me veía.
Al tiempo después las cosas entre nosotros comenzaron a cambiar, él comenzó a tratarme de otra manera, dándome a entender que quería que entre los dos tuviéramos algo más que una amistad. Yo sólo reía porque pensaba que estaba jugando, pero con el tiempo noté que no era un simple juego, que hablaba en serio, que quería que estuviéramos juntos a pesar de su relación. Deje que las cosas pasaran, comenzamos a involucrarnos y a mezclar sentimientos, mas por mi parte que por parte de él, seguimos viéndonos a escondidas, pero esta vez, era para tener algo más. Esperaba que el la dejara, pero en el fondo sabía que no iba a ser así. Intentaba terminar con lo que teníamos ya que con el tiempo se volvió tormentoso y enfermizo, comenzaron los maltratos, las malas palabras, las comparaciones, y yo no podía evitar sentirme cada vez más disminuida frente a ella, pero sobre todo, frente a él.
Intenté terminar muchas veces ¿terminar qué? no lo sé, porque nunca supe que tuvimos realmente. Yo lo quería, pero a la vez sabía que algo que quisiera no podía ser capaz de  hacerme tanto daño. 
Un día lo logré, discutimos no recuerdo porque, y terminamos todo tipo de contacto, ya no existía nada amoroso y mucho menos quedó algo de la amistad tan linda que un día tuvimos. 
Hasta que nos reencontramos por cosas de la vida, hablamos lo que debíamos hablar, y él pidió una segunda oportunidad para tratar de retomar la amistad que teníamos en algún entonces. A todo esto debo añadir que cuando retomamos el contacto, ésta vez, era un hombre soltero. 
Le di una oportunidad pero con desconfianza, para él volvió a ser lo mismo y era la misma persona que un día conocí, pero para mi, era un conocido con el cuál trataba de tener una buena relación por respeto a una persona en común a la cuál los dos queríamos mucho.
Al principio todo bien, con el tiempo volvieron los malos tratos, para él por juegos y bromas, para mi, eran dañinos, aún me dolía todo lo que alguna vez pasó. 

Un día, se enojó conmigo y dijo algo que es irrepetible, un insulto que ninguna mujer soportaría, y desde ese día, corté cualquier vínculo más allá del que se podía tener, ahora para mi, solo es alguien quien existe y vive en el mismo mundo que yo, para mí, ahora sólo es un mal recuerdo y alguien al qué quiero olvidar. 


jueves, 14 de septiembre de 2017

El quiebre de una amistad

Pienso que cada persona debe tener su círculo de confianza, pero ésta vez no hablo de la familia porque en la mayoría de los casos, es lo obvio. Hablo de los amigos, de las personas a las que puedes contarles cosas que a tus padres no, de esas personas en las cuales depositas toda tu confianza esperando que la valoren y que cuiden tus secretos mas profundos, de esas personas con las que te distraes, conversas, se ríen, entre otras cosas.
Para todos es importante tener amigos, una buena distracción a la que quieres obviamente porque no es alguien que simplemente te toca, es alguien que tú escogiste para que sea parte de tu vida. 
Siempre esperé que las personas a las que escogía fueran para siempre... Tenía el pensamiento del niño de kinder que tenía su compañero con el que compartía todo y al poco tiempo solían decirse que serían amigos para toda la vida. 
Uno nunca espera a que te fallen, pero a mi me pasó, me fallaron. Aunque con el tiempo y con la madurez que estoy obteniendo a medida que voy creciendo, siento que más que me fallaran, fallé yo y, ¿porque fallé yo? porque como típico ser humano, tratamos siempre de culpar a los demás, pero yo pienso que la culpa fue mía, fue mía por equivocarme y escoger mal, fue mía por creer que después de defenderte tantas veces de tus malos actuares, ibas a cambiar, fue mía por confiar en alguien que no lo merecía, fue mía por creer que alguien estaría siempre conmigo en las buenas y en las malas, y en las malas, se fue. 

Tú te equivocaste, pero yo te escogí para que te equivocaras y así aprender de ti, yo te escogí para que faltaras a las expectativas que tenía contigo y creer que nuestra amistad sería para siempre. Pero ¿sabes qué? Gracias, gracias por equivocarte y por ser como fuiste, porque gracias a ti y a tu mala amistad, ahora escojo mejor, gracias a ti, ahora tengo buenos amigos, gracias a ti, aprendí a que hay cosas que no deben aguantarse en una amistad, gracias a ti, crecí un poquito más y ayudaste a pesar de todo a crear a la persona que soy hoy. Y aunque lo intentaste, y más de una vez... no, ya no te daré una oportunidad más, porque sé que me volverás a decepcionar, por lo tanto ya debes aceptarlo, nuestra amistad, ya está rota. 

jueves, 7 de septiembre de 2017

La intriga

Últimamente estoy como teniendo una adicción a este blog. Cuando entré en la etapa de la que hablé hace un par de entradas atrás, comencé a cerrarme... Siempre he sido una niña muy buena para contar mis cosas y expresarme, pero de repente, de un día para otro eso dejó de ser así. Me ha costado mucho volver atrás y seguir siendo de la misma forma y este blog permite que me pueda volver a expresar sin presión alguna. Me gusta contar mis historias porque siento que a medida que las cuento van saliendo de mi, en fin.
Ahora hablaré de una historia que me persigue hace ya cinco años, bueno, no sé si me persigue o yo la persigo la verdad. Es una historia de "amor" pero de amor sólo de mi parte. No puedo dejar que termine el semestre sin hablar de ti.
Hace cinco años, entré por primera vez a la Universidad, era un pollito descubriendo un mundo nuevo, conociendo gente nueva, y comenzando una vida nueva. Típico de niña chica uno mira a sus compañeros, vez si te gusta alguien, buscas amigos o amigas, o que se yo, cada cual se integra a su manera. Lo que es yo, hablé con un par de personas, para ser exacta con cuatro, dos mujeres y dos hombres, he hicimos un grupo de cinco y éramos inseparables. Nadie en las tres secciones llamó mi atención y yo simplemente fluí con mis nuevas amistades sin importarme nada más.
Un día entraba a las 14.00 a clases, recuerdo perfectamente este día como si fuera ayer, en fin. Retomemos, entraba a las 14.00 y estaba absolutamente atrasada, tenía clases de 14.00 a 16.10.
Mis compañeros me hablaban y hablaban por whatsaap preguntándome en que parte estaba, cuanto me faltaba para llegar porque ya había empezado la clase. Corrí para poder llegar pero de todas formas llegué a las 15.30, recuerdo la hora porque la miré antes de entrar a la sala, quedaban solamente 40 minutos para salir de dos horas de clases. Antes de entrar, le escribí a mis compañeros si realmente podía entrar, porque quedaba realmente poco para terminar la clase y tenía clases por primera vez con ese profesor, entonces no sabía cómo podía reaccionar, si me dejaría entrar a clases o no. Ellos dijeron que me quedara tranquila, que no era profesor, era ayudante, y además era un estudiante de la misma carrera de tercer año y que era "super buena onda". Entonces con confianza, entré como si nada, lo vi, él me miró y sin decirle nada fui a sentarme con mis compañeros para continuar con un trabajo en grupo. Lo terminamos y yo patudamente le pregunté su nombre, Nicolás respondió el. 
- oye Nico ¿me pasas la lista "porfa" para poder anotarme? 
- Si claro, pasándome una hoja de cuaderno con los nombres de todos.
- oye sorry, llegué atrasada en todo caso, ¿no te molesta que me anote?. 
- Si me di cuenta que llegaste tarde, pero no tranqui, anotate no más. 
Luego de que se fue, me di cuenta de lo "barsa" que había sido, pero lo encontré tan amoroso, nada más, simplemente amoroso. 
Con el paso de las semanas llegaba a su clase con gusto, lo observaba y cada vez que lo observaba me cautivaban sus ojos pardos y su piel morena. A la vez, me encandilé con su inteligencia, su manera de dirigir la clase, su forma de explicar y de expresarse. Me gustaba, si, me di cuenta que ese ayudante me producía las típicas mariposas en el estómago de cuando alguien te gusta. 
Con el tiempo hablábamos a veces, él era amable, y todo lo que quería para mí, pero simplemente lo veía como un amor platónico. En ocasiones se preocupaba por mí, si estaba enferma me preguntaba cómo me sentía y dejaba que me fuera antes de clases.
Al paso de las semanas supe que tuvo algo con una de mis amigas de la Universidad, fue más o menos dramático todo lo que paso en ese tiempo con ella, pero de eso hablaré en la próxima entrada. 
En fin, el punto es que comenzó a actuar raro cuando se enteró que yo supe lo que había pasado entre mi "amiga" y él. Dejó de hablarme, de saludarme y comenzó a ser una persona totalmente antipática, hasta que un día lo enfrenté. Siempre sentí vergüenza de todo, de enfrentar a la gente y todo ese tipo de cosas, porque soy una persona cero conflictiva, me cargan los problemas, es más, los evito. Pero a él necesitaba preguntarle qué pasaba. Un día me crucé con él y ambos estábamos solos así que fue el momento perfecto para preguntarle. Él me dijo que estaba loca, que no había ningún tipo de problema y así fue como volvió a ser el mismo de siempre. Con el paso de los semestres cada vez que tomaba un ramo del área en la que él trabajaba, me tocaba como ayudante. y cada vez lo fui idealizando más. No sé si fue por crecimiento pero él empezó a cambiar, a ser distinto en sus clases, a ser más distante con todos, pero aún así para mí era único. Siempre sentí que yo le provocaba algo, no sé si le gustaba, quizás lo intimidaba o quizás pensaba que estaba loca, pero algo le pasaba conmigo. Soy una persona muy observadora, y muchas veces me di cuenta que me hablaba con nerviosismo a diferencia de los demás, habían miradas que se cruzaban que me dejaban pensando... 
Han pasado cinco años desde ese día y aún siento como si fuera el primero, aún me gusta, aún me provoca lo que me provocó el primer día, pero nunca sabré que provoqué yo en él, nunca tuve la oportunidad de saber que le generaba realmente, si fui una alumna más o si bien algo existía de parte de él hacía mi. Nunca tuvimos algo, pienso a veces que si a  él le hubiese gustado lo hubiera intentado, pero otras veces lo cuestiono. No sé cómo terminará esto, pero dudo que tenga un final muy luego, ya que después de cinco años probablemente me tome más tiempo aún el poder olvidarlo, creo que principalmente es por la incertidumbre, porque si tuviese algo claro, quizás ya lo hubiese dejado ir. 

A lo mejor estoy loca, quizás esta historia la he creado sola en mi cabeza y nada pasó como yo creo que pasó, y sea yo simplemente dándole vueltas a todo el asunto y él ni me recuerde, no lo sé. De todas formas, de no ser así y que realmente existiese algo, creo en el destino, quizás si no fue en ese entonces, puede ser ahora, o quizás en el futuro, quizás existe alguna razón por la cual aún no lo olvido, espero que sea porque nuestros caminos algún día se vuelvan a cruzar. 

jueves, 31 de agosto de 2017

Hombre en cuerpo de mujer

Hace un par de años atrás conocí a alguien, una persona muy especial y a especial me refiero con diferente, diferente a mí en muchos sentidos.
Quería y quiero aprender de ella acerca de su forma de pensar y de ser, no para imitarla, pero me causa una profunda curiosidad.
Ella es una mujer fuerte, que enfrenta al mundo siempre con una sonrisa… aunque eso es para la mayoría, pero con sus cercanos y los que realmente la conocemos, hemos visto sus peores lados  aunque evite mostrarlos.
Lo que más me causa curiosidad de ella, es la forma  que tiene de pensar tanto de los hombres como de las relaciones amorosas en general. Muchas veces le he dicho que ella es un hombre en cuerpo de mujer, por eso el título de ésta historia. Me ha tocado ver de cerca muchas cosas en relación a ella. Juegos con hombres, en los cuáles no se involucra sentimentalmente porque simplemente no le interesa. Le cuesta darse con la gente y más aún con ellos, creo a veces que por eso su comportamiento. También he pensado que puede ser por desconfianza o simplemente por hacerse la fuerte, no lo sé.
Siempre tiene a la persona que quiere en la palma de su mano, pero no los deja entrar más allá - - “¿relación seria? Puf, para que… no es necesario”.
¿Sentimientos? ¿Qué es eso? Es más, cuando una persona se interesa en ella, tiende a jugar al coqueteo, a las bromas, puede provocar en ocasiones ilusiones en otras personas, pero simplemente es así, en ese aspecto no mide ciertas consecuencias, pero cuando a veces dice tener ganas de tener alguna relación, simplemente no se da, porque no se fija en la persona  correcta, porque por su personalidad o su forma de ser, asusta a los hombres. Miren que extraño, una mujer asustando a un hombre, simplemente porque de forma tranquila ella expresa que no le interesa el amor.
En general las mujeres, me incluyo, creen que en el romanticismo, en el amor, en que se pueda formar algo real con alguien. Pero cada vez que al menos yo estoy en algo, algo pasa, la desilusión viene y una vez más me derrumbo. Por lo mismo quizás me gustaría aprender a separar sentimientos de otras cosas, quisiera aprender un poco más de ella. Pero luego me arrepiento porque: ¿Qué es la vida sin amor? ¿Qué es la vida si no nos permitimos sentir? ¿Si no nos permitimos sufrir? En la vida, hay que llorar, hay que sufrir, hay que lamentarse, gritar de dolor si es posible para sacar todo afuera. Como también hay que reír, soñar, ilusionarse, coquetear, pensar.
¿Qué es la vida si no vivimos eso? ¿Qué es vida si todos fuéramos fríos y calculáramos cada uno de nuestros movimientos y tuviésemos control absoluto de nuestras emociones? NADA, eso para mí, no es vivir.
Hay que arriesgarse, se que da miedo entregarse a alguien por completo, entregarse de tal manera que le pasas tu corazón y en ese momento le das el completo derecho a que haga lo que quiera con él. Si, es terrorífico darle el poder a una persona para que con una palabra o un mal acto pueda quebrarlo en mil pedazos, pero créeme, todo se supera y  vale la pena sentir.
Tengo miedo, me da miedo por ti, me da miedo que por cerrarte tanto, termines aburriendo a hombres que quizás te quieren de verdad y tú nunca vas a descubrir si es así o no y finalmente por dudar, te quedes sola. Temo por ti que no vivas esas emociones, porque eso es VIDA.

Sé que tú me has enseñado eso, pero ponlo en práctica y juégatela siempre por lo que te importa, aunque sólo sea un tonto amor, quizás, puede ser el mejor amor de tu vida.

jueves, 24 de agosto de 2017

Una confesión

Hace un tiempo conocí a una niña, muy simpática por lo demás, tomamos muy buena onda pero no era mucho el tiempo que llevábamos conociéndonos y  ya conversábamos mucho, nos contábamos algunas cosas y etc… típico de cuando te estás haciendo amiga de alguien.
Un día la vi media acongojada y me acerqué a conversar con ella para saber que le pasaba. A todo esto yo siempre he sido una persona muy abierta de mente que puede no compartir ciertas ideas o pensamientos pero los entiendo y aconsejo igual o ayudo como puedo.
La cosa es que me cuenta que tiene un drama amoroso. Hasta ahí, todo normal.  Me contó todo el problema y después me dice: “me comí a una mina y supo” y yo quedé como “whaaat” y dejé que terminara su historia porque no me dio para preguntarle nada más hasta que terminó de contarme todo. Entonces traté de ser lo más prudente para que no se sintiera incómoda y le dije muy relajada: “a ver… pero es que no entiendo, ¿te gustan las minas?” y ella como algo tímida aunque no sé si tímida porque igual tiene una personalidad súper fuerte, pero algo rara me dice: “mmm si” y yo relajada comprendí todo el tema y ahí me dice que claro, estaba así porque no sabía con quien hablarlo, porque no todos le daban confianza y ella había notado en mí en el poco tiempo que me conocía que era una persona de mente abierta más relajada a la que podía contarle esto.
Agradezco esa confianza… ahora con el tiempo se ha soltado más y ya se dice a ella misma que es fleta y bla bla bla, a mi no se me pasó por la cabeza decirle de esa manera porque pensé que podía ser ofensivo pero ya hablamos de todo con total naturalidad. Ahora ella tiene su pareja y cada día me encariño más con ella y con sus historias y con la confianza que me dio. (a todo esto contando esta historia no estoy faltando a su confianza, ella me autorizó a escribirla).

Así que eso, tengo una amiga lesbiana de la que me siento orgullosa de que sea así y ojalá algún día vaya por la vida diciéndolo sin sentirse extraña por lo que alguien pueda pensar de ella. 

jueves, 17 de agosto de 2017

Mis cuatro pasteles

Siempre he sabido que soy una persona asquerosamente enamoradiza, de hecho todos mis amigos se suelen reír mucho de eso. Miro a alguien y digo: “me enamoré” en  un segundo. Lógicamente no es que esté realmente enamorada, son sólo flechazos de la vida.
En fin, ese no es el punto, el punto es que además de ser enamoradiza en ese sentido, también lo soy cuando estoy con alguien. Nunca he tenido una relación seria de pololeo, pero si he tenido cuatro “pseudas” relaciones… creo que una no alcanzó ni para pseuda pero se entiende, he estado con cuatro personas. Cada uno de ellos muy diferentes en personalidades pero con algo en común, son el prototipo de hombre que no suelen tener cosas serias y que una jura que los va a cambiar.  “Ilusa” me he dicho a mi misma muchas veces cada vez que todo se iba a la punta del cerro.
Suelo ser una mujer paciente, que independiente de todo da espacio, no presiona, no exige y creo que ahí es donde está el gran problema, pareciera ser que a los hombres les gustan las minas locas.
Hoy escribiré acerca de éstas personas tan distintas y tan parecidas a la vez, todos con algo en común: 
1) El mujeriego: Un clásico, creo que todas conocen este tipo de hombre, encantador al principio, qué dice cosas lindas, te cautiva, hasta que logra su objetivo. Luego comienza a desaparecer o puede que aparezca y desaparezca, escribe de vez en cuando como para que uno siga ahí, ilusionada pero a su vez no hace nada porque todo avance.
Depende de que tanto uno aguanta para que él siga ahí. Yo aguanté 1 año y un poco más. Hasta que dije basta, cuando me di cuenta que no quiso nada más serio conmigo, comencé a culparme, pensé que era yo el problema y no, no era así, era él. Hasta el día de hoy llama, yo tenía 18 cerca de cumplir 19 cuando conocí a esta persona. Era un pollito, algunos pueden pensar que ya estaba grande, pero no, yo siempre fui muy niña, comencé a tomar alcohol a esa edad recién, a salir, etc. Antes de eso nada, solo estudio, me revolucioné cuando entré a la Universidad. En fin, hoy qué tengo 23 años aún se hace presente ¿Por qué? No tengo idea porque ya no me interesa nada que tenga que ver con él, o sea me he juntado, buena onda… soy cero rencorosa a pesar de todo el daño que me hizo pero lo que me molesta es que a pesar de la buena onda cada vez que tiene oportunidad molesta y tener algo más allá con él, mmm no, ni ahora ni nunca más.
Hasta el día de hoy dice que me quiere, claro que no como pareja creo yo, pienso que es un cariño gigante quizás porque a pesar de todo siempre fui buena con él, pero yo no sé si siento igual.
2) El Mujeriego tierno/amigo: Cuando entré a la U lo conocí a él, era de otra carrera, otra facultad y todo, pero teníamos el mismo grupo de amigos. Así nos conocimos. Estaba saliendo de mi primera “pseudo” relación cuando lo conocí, en ese sentido me ayudó mucho, literalmente el dicho de “un clavo saca a otro clavo” sirvió. Hasta ahora que escribo de él me saca una sonrisa, no porque sienta amor si no porque me causa ternura hasta el día de hoy. Él es un buen niño, pero mujeriego, y lo conocí así, sabía en lo que me estaba metiendo cuando comenzó a gustarme. Salíamos a un pub muy conocido para los que estudian en la Católica “DTH” era el lugar de encuentro con nuestros amigos y él siempre estaba ahí. Sus ojos verdes/pardos me encantaban, su sonrisa también, lo simpático que era, todo lo que me hacía reír, pero lo que más me gustaba era lo nerviosa que me ponía cuando lo veía. Empezó un jugueteo, luego pasaron más cosas en las que no voy a entrar en detalle. Pasó un lapsus aproximadamente de un año que estuvimos “juntos” donde pasaba mucho tiempo en que no pasaba nada pero siempre que no veíamos algo había, fuera de todo me caía bien, me hacía reír, me distraía, etc. Pasaron muchas historias con él, muy divertidas, más adelante quizás cuente una por una, pero hasta el día  de hoy hablo con él, somos “amigos” no puedo decir amigos amigos, pero nos llevamos bien, nos reímos, nos molestamos, etc, pero todo en buena onda, él está en otra pololeando, yo en otra también con mis asuntos, pero de él tengo un muy buen recuerdo, fue un muy buen remedio en su momento.
3) Mi amigo mujeriego: Aquí no entraré mucho en detalles, para los que han leído el blog, si es que recuerdan la historia “un mal recuerdo” bueno, es él, mucho más no tengo para decir, deben leer esa historia y sabrán, porque repetirla me da lata, sólo lo puse porque es uno de los cuatro.
4) El mujeriego que no sabe que lo es: el último de la lista, este hombre es mujeriego pero no sabe que lo es, o se hace el tonto. Él le llama “amor libre”, esto es chistoso. No voy a decir cómo nos conocimos porque quedaría demasiado en evidencia.
Él es un encanto de hombre, pero tiene la filosofía de vida de darle amor al mundo. Ahora que lo escribo de hecho estoy con ataque de risa de lo ridículo que suena, pero lo más ridículo es que esa filosofía de vida se la creí. Weon, ¿pueden creerlo? La creí, fue tan convincente en como hablaba el tema, que yo le creía, luego llegaba a la casa a analizar todo lo que hablaba con él y me decía a mí misma “no po wn, no está bien… si le gusto y quiere estar conmigo tiene que ser sólo conmigo”. Él hablaba de no aferrarse a nadie, que eso no era amor, hablaba de la libertad, de que los celos son enfermos, etc… en algunas cosas estaba de acuerdo, pero en otras no.
Bueno en resumen, “me cagó” con su ex, pero claro, cuando me contó, porque sí, él me contó lo que había pasado, ni si quiera lloré, me dio risa porque dijo: “pero si sólo le di amor, es mi amiga, hay que darle amor al mundo, sin amor no somos nada” y yo no atinaba a nada. O sea ahí sólo le dije que chao, pero el chao me duró hasta que de nuevo me convenció con su discurso. Ya después pasaron más cosas como por ejemplo lo veía darse besos en la boca con sus amigas delante de mí y adivinen que decía… “pero si son mis amigas” o sea, era una wea súper natural, para él, no para mí…
En medio de todo lo que "teníamos" un día me cuenta que va a salir. Yo muy relajada porque no tengo dramas con eso entonces le digo: "ya, pásalo bien, bucha cuídate, usa preservativo" en broma lógicamente, pensando que él me iba a decir: "no tranqui, relájate" o que se yo, pero en vez de eso me dice: "no, si, si ando con uno no te preocupes" jajajajajajajaja ctm wn, no supe que decir po, me la hizo...
Sorry que en este texto se me salgan los garabatos pero es inevitable, y de verdad me da risa, o sea en el momento sentía entre risa y odio, pero ahora sólo me río, me cae bien el wn jaja es simpático, es un tipo encantador, que tiene tema y muchas cosas positivas, pero una de esas cosas que él ve como positivas yo no lo veía así, así que no, no funcionó y la verdad es que nunca iba a funcionar. Todavía hablamos a veces, por cosas de la vida, además estamos obligados a seguir viéndonos, pero todo fue siempre en buena onda y hasta el día de hoy es así. Le tengo un cariño infinito y siempre va a ser así, aprendí de otro hombre más.
Y eso, para finalizar como podrán ver me ha tocado cada pastel en la vida, pero de esos pasteles he aprendido, me he reído y lo he pasado bien con todos. Pero de los cuatro sólo de dos tengo recuerdos lindos. El 1 es nada y al 3 aún lo quiero mucho pero fue más el daño que hizo que lo bonito que me dejó, lean su historia y sabrán por qué, bueno, por algo hice una historia solo dedicada hacia a él, fue el más importante pero el más doloroso.